Edmundo Jacobo: De árbitro electoral a voz política ciudadana
Redacción
-Edmundo Jacobo deja el INE por convicción ética: ya no podía sostener la neutralidad ante la crisis política nacional.
-Su salida del arbitraje electoral es un acto de respeto institucional, no una traición a su trayectoria.
-Pasar de árbitro a militante no lo aleja de la ciudadanía; busca recuperar la política como espacio ciudadano.
-La experiencia acumulada en el INE se transforma en herramienta política para construir una alternativa viable.
-Jacobo Molina apuesta por Somos MX como plataforma plural, con voces de academia, sociedad civil y partidos.
-La política no debe ser sinónimo de burocracia; debe volver a ser ejercicio de corresponsabilidad ciudadana.
-Su decisión interpela a exfuncionarios: ¿pueden militar sin traicionar su legado? Jacobo dice que sí.
-El desencanto democrático exige nuevas formas de participación: Somos MX se presenta como respuesta, reconoció.
-La transición de Jacobo refleja una evolución ética: del deber institucional al compromiso político activo.
-En tiempos de polarización, su paso a la política es un llamado a reconstruir desde la experiencia y la honestidad.
El paso de Edmundo Jacobo Molina —exsecretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE) durante más de 15 años— de árbitro electoral a militante activo en una fuerza política nacional como Somos México representa un giro profundo, complejo y simbólicamente potente en la vida pública del país. Esta decisión, abordada en la entrevista con nuestro compañero periodista Eugenio Amézquita Velasco, no solo revela una transformación personal, sino que plantea interrogantes sobre los límites entre neutralidad institucional, compromiso ciudadano y responsabilidad política.
De árbitro a actor político: una decisión ética
Edmundo Jacobo justifica su transición como un acto de respeto hacia el INE. Reconoce que la neutralidad —condición indispensable para ejercer como árbitro electoral— ya no le era sostenible frente a la realidad política del país. Esta admisión es crucial: no se trata de una traición a la imparcialidad, sino de una renuncia consciente para no comprometer la integridad de la institución que tanto defendió.
Su salida del “silbato blanco” y entrada al “estandarte rosa”, como lo describe Amézquita, no es una contradicción, sino una evolución. Jacobo no abandona la ciudadanía al militar en política; al contrario, la reivindica desde otra trinchera. En sus palabras, “la política tiene que volverse a llenar de ciudadanía”, lo que sugiere una crítica directa a los partidos tradicionales y una apuesta por una nueva forma de participación.
Valores en juego: experiencia, honestidad y corresponsabilidad
La entrevista revela un conflicto generacional y ético. En la entrevista se señala que muchos de los actores de Somos MX son vistos como “cartuchos quemados”, pero también se reconoce su experiencia. Jacobo Molina, por su parte, no niega esa percepción, pero la resignifica: los errores del pasado deben servir como aprendizaje, no como condena.
Aquí se activa un valor fundamental: la corresponsabilidad. Edmundo Jacobo y otros miembros del movimiento no se retiran ni se desentienden; deciden “hacerse cargo” de una situación y buscar sanar para que el país que heredarán sus hijos y nietos sea sano.
Este gesto, lejos de ser oportunista, puede leerse como una forma de reparación histórica, donde la experiencia acumulada se pone al servicio de una nueva narrativa política.
Ciudadanía activa vs. burocracia partidista
Uno de los puntos más críticos del análisis es la denuncia implícita de que los partidos tradicionales han secuestrado la política, alejándola de la ciudadanía. Jacobo propone revertir esa lógica: que la política vuelva a ser un espacio de construcción colectiva, no de intereses burocráticos.
Este planteamiento toca fibras profundas del desencanto democrático. La ciudadanía ha sido testigo de sexenios fallidos, promesas rotas y simulaciones. En ese contexto, Somos MX busca presentarse como una alternativa que busca recuperar la confianza, no desde la ingenuidad, sino desde la exigencia y la pluralidad.
Conclusión: ¿ruptura o continuidad?
El análisis de la entrevista lleva al hecho de que la decisión de Edmundo Jacobo Molina no es una ruptura con su pasado, sino una continuidad desde otro ángulo. De árbitro a actor, de neutralidad a compromiso, de institución a movimiento, su trayectoria refleja una evolución ética que interpela a todos los que creen que la política debe ser un ejercicio de responsabilidad ciudadana.
Este paso también obliga a redefinir el papel de los exfuncionarios públicos en la vida democrática: ¿pueden militar sin traicionar su legado? ¿pueden aportar sin contaminarse? Jacobo responde con hechos: sí, si se parte del respeto, la honestidad y la voluntad de construir algo nuevo.
En tiempos de polarización y desgaste institucional, su decisión es un recordatorio de que la política no es propiedad de los partidos, sino de las personas que deciden participar con convicción y propósito.
La entrevista completa a Edmundo Jacobo Molina
Eugenio Amézquita Velasco
La pregunta que tengo es que, bueno, Edmundo Jacobo hasta hace un rato era miembro de la sociedad civil y totalmente podía ser un árbitro por el cargo en el que había estado. Y ahora lo encontramos apoyando a Somos Mx, o sea, de alguna forma se está quitando este el lábaro blanco y se está poniendo uno rosa. El silbato de árbitro.
El silbato de árbitro, también se lo está quitando, ¿no?, ¿por qué?, ¿qué les está viendo a estas gentes cuando algunos, lo digo con todo respeto, Carlos, los ve como elementos "quemados", "cartuchos quemados", así los ven, aunque los que tenemos años de conocerlos no podemos hacer un lado la gran experiencia y además que, pues creo que lo dijo Carlos, también Carlos Navarrete, o sea, nos equivocamos, o sea, nos engañaron vendiéndonos la gran historia cuando en la realidad estamos peor que antes, por lo menos los que tenemos ya muchos años viendo sexenio tras sexenio. ¿Qué movió al mundo Jacobo a decir, sabes qué, es con somos DMX, no es el PAN, no es el PRI, es Somos Mx ¿qué lo movió? Gracias.
Edmundo Jacobo Molina
Gracias por la pregunta. Primero, implica contestarte por qué dejé el arbitraje político. También. Porque justamente yo quiero mucho al Instituto Nacional Electoral y hay que respetar la institución que uno quiere y para ser árbitro hay que ser neutral.
Y yo ya estaba dejando de ser neutral frente a lo que estaba pasando en el país y dije mi posición ya no está en el arbitraje político, sino metido en la política porque desde ahí se combate a lo que uno no está de acuerdo. Entonces por eso, por respeto a la institución, yo me salgo de línea y me voy a la trinchera de la ciudadanía.
Porque militar en un partido político no quiere decir que uno deje de ser ciudadano, uno no se vuelve un sujeto distinto, al contrario, ¿por qué estoy aquí en Somos MX? Porque es gente que, como te decía, muchos de ellos vienen con mucha experiencia política, que saben qué es lo que hay que hacer y qué errores no hay que volver a cometer y hay que aprender de eso. Yo no tengo esa experiencia, no tengo la experiencia de arbitraje político, la experiencia de la academia, no he estudiado teóricamente, pero personas como Carlos tienen la experiencia viva de qué es lo que hay que hacer y qué se falló y qué es lo que hay que corregir y muchos otros miembros de la sociedad civil tienen la sensación de que algo les falló al depositar su confianza en un partido político y espero que sean muy exigentes con Somos México y Somos MX.
Como Alberto (Cifuentes), que tiene 40 años en el Partido de Acción Nacional, que sabe también de qué está hablando y dice, antes de irse, fíjate, antes de irnos, me incluyo, al retiro y decir ya se acabó esto y que otro se haga cargo.
Decimos no, nos hacemos cargo de lo que viene porque queremos para nuestros hijos y nuestros nietos un mejor país y estamos aportando nuestra experiencia, nuestros conocimientos, unos desde los partidos políticos, otros desde el arbitraje, otros desde la academia, otros desde la sociedad civil para en esta diversidad construir una opción realmente viable. ciudadana.
Debemos quitarnos de encima esa idea de que la política es sinónimo de anti ciudadanía. No, la política tiene que volverse a llenar de ciudadanía y restarle a las burocracias de los partidos. #MetroNewsMx