Eugenio Amézquita Velasco
-La destitución de Gerardo Martínez confirma que el INSMACC opera bajo criterios de poder informal, no de mérito ni vocación cultural.
-La cultura en Celaya se administra como botín político: reacomodos, silencios y exclusiones revelan una estructura clientelar.
-La falta de respuesta institucional ante la protesta estudiantil exhibe una gestión autoritaria, opaca y sin legitimidad social.
-La exclusión de artistas con trayectoria internacional como Martínez debilita el tejido cultural y desprestigia a la ciudad.
-El caso Martínez es solo la punta del iceberg: cancelaciones, favoritismos y conflictos internos desnudan el colapso ético del aparato cultural.
-La cultura no se construye con eventos, sino con vínculos, trayectorias y espacios formativos. Al romper estos vínculos, se fragmenta la identidad cultural de la ciudad.
El reciente caso del maestro y pintor Gerardo Martínez no es un hecho aislado
La remoción del maestro Gerardo Martínez García del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Celaya no es un hecho aislado ni administrativo. Es el síntoma más visible de una crisis estructural en la gestión cultural de la ciudad, donde el mérito, la trayectoria y la vocación han sido desplazados por lógicas de poder informal, simulación política y reacomodos clientelares, a las que se suman envidia, intereses personales.
Martínez no es un instructor improvisado. Es un artista con más de 25 años de trayectoria, discípulo del gran maestro y artista mexicano Francisco Toledo; curador de exposiciones nacionales, muralista en el TecNM, y único mexicano formado en la técnica japonesa Takuhon por Akiko Miyashita. Su retiro del taller de pintura en Casa del Diezmo, sin explicación pública ni proceso transparente, viola principios básicos de legalidad, respeto institucional y ética pública.
La carta firmada por 15 alumnos, entregada formalmente a la directora Aleida Isabel Ocampo Jiménez, no ha recibido inmediata respuesta. Este silencio institucional no es neutral: es una forma de desprecio hacia la comunidad artística y educativa, y una señal de que el INSMACC no opera bajo criterios técnicos, sino bajo intereses de grupo.
La evidencia de esto último lo da el reportaje que conforma la serie de artículos publicados por Metro News Mx denominada -"Palabras al Viento, Arte y Cultura, Macaria España: Bajo la lupa" publicados el 14 de julio de 2025:
-"Palabras al Viento", Arte y Cultura, Macaria España: bajo la lupa
-Cultura en pausa: cuando el escenario público se vuelve inaccesible
-De ‘Palabras al Viento’ a ‘Palancas al Viento’: denuncias y descontento en la gestión cultural de Celaya
-Macaria España y ¿Quién defiende la cultura cuando el poder la quiere para sí?
-Reacomodos silenciosos: cultura como territorio de poder en administración de Celaya
-"Se están peleando entre ellos mismos": Toño Lavín y los problemas en INSMACC
Incongruencias administrativas
La gestión del INSMACC presenta incongruencias graves:
-Se retira a un maestro con reconocimiento nacional sin ofrecer razones pedagógicas ni administrativas.
- Se sustituye su taller sin consulta ni justificación académica.
- Se muestra una evidente omisión ante una protesta formal, documentada y legítima.
- Se omite cualquier inmediato pronunciamiento público, lo que refuerza la percepción de autoritarismo.
Estas acciones contradicen los principios de gestión cultural democrática, donde las decisiones deben estar sustentadas en criterios objetivos, diálogo con la comunidad y respeto por la trayectoria artística.
Las graves consecuencias para la cultura en Celaya
Entre algunos de los daños profundos que se están generando en el INSMACC debido a estas actitudes y acciones negativas se tienen:
1. Desarticulación de espacios formativos legítimos: El taller de Martínez era un espacio de transmisión de saberes, comunidad y formación artística con legitimidad social.
2. Pérdida de confianza en las instituciones culturales: La ciudadanía percibe que el INSMACC no responde a intereses públicos, sino a agendas privadas.
3. Fuga de talento: Artistas con vocación pública pueden abandonar espacios institucionales ante la falta de reconocimiento, empobreciendo el ecosistema cultural.
4. Desprestigio institucional: El INSMACC pierde legitimidad ante la comunidad artística local, nacional e internacional.
5. Fragmentación del tejido cultural: La cultura no se construye con eventos, sino con vínculos, trayectorias y espacios formativos. Al romper estos vínculos, se fragmenta la identidad cultural de la ciudad.
¿Qué revela esta administración?
La investigación realizada y plasmada a través de los artículos de Metro News MX revelan un patrón sistemático:
- Cancelaciones arbitrarias como la de la obra Adiós, papá por falta de coordinación institucional.
- Reacomodos laborales como el de Macaria España, desplazada por conflictos internos y reubicada en Desarrollo Social.
- Denuncias de favoritismo, y designaciones por afinidad personal, no por perfil profesional.
- Silencio institucional ante protestas legítimas, que confirma el dicho "el que calla, otorga" y desprecio por el trabajo periodístico que documenta estas irregularidades.
El INSMACC, bajo la dirección de Aleida Isabel Ocampo, no promueve la cultura: la administra como botín, la silencia como amenaza y la desmantela como rutina. La cultura se ha convertido en un territorio de poder, donde los cargos se asignan por conexión, no por competencia, y donde la crítica se castiga con exclusión.
De algunos de los personajes que se supone encabezan INSMACC, y que tienen fuerte referencia con "Palabras al Viento" -al que ahora se le conoce como "Palancas al Viento"- se les atribuye un liderazgo marcado por conflictos internos, especialmente con figuras como Macaria España, lo que sugiere un entorno laboral tenso y poco conciliador.
La gestión de estos parece estar influida por lógicas de grupo y fidelidades políticas, más que por criterios técnicos o culturales. Esto se evidencia en el manejo de reubicaciones y en la protección de aliados. La narrativa periodística los vincula con una estructura informal de poder cultural, descrita como “el clan cultural”, donde se privilegia la lealtad sobre la competencia profesional. En algunos casos, se percibe una falta de transparencia en la toma de decisiones, especialmente en procesos de contratación, asignación de funciones y manejo de conflictos.
Se deduce la existencia de un comportamiento profesional, según los artículos, que refleja una gestión institucional capturada por intereses de grupo, con escasa apertura al disenso y una tendencia a consolidar estructuras de poder informal. Esto compromete la vocación pública del Instituto.
También se han detectado casos de figuras con poder informal dentro del INSMACC, sin acreditación profesional pública ni cargo oficial. Se les describe como parte de un grupo que ejerce influencia en decisiones institucionales, especialmente en contrataciones, programación cultural y exclusión de voces críticas. La presencia de estos en el Instituto es vista como símbolo del “acomodo por palancas”, donde la afinidad personal sustituye la meritocracia. La crítica se enfoca en su papel como “cuentacuentos con poder”, lo que genera tensiones con otros actores culturales que cuestionan su legitimidad.
Con esto, su comportamiento profesional, según los artículos, representa una usurpación simbólica del espacio institucional, donde el capital relacional se impone sobre la formación técnica o artística. Esto contribuye a la percepción de simulación cultural y captura del aparato público.
La conclusión ante el análisis: ¿Cultura como derecho o como botín?
La remoción de Gerardo Martínez es solo un caso emblemático dentro de una estructura más amplia de colapso ético y administrativo. Si el Instituto de Arte y Cultura de Celaya quiere recuperar su legitimidad, debe:
- Reinstalar al maestro Gerardo Martínez.
- Transparentar INSMACC sus decisiones y procesos.
- Reconstruir una política cultural basada en mérito, participación y vocación pública.
De lo contrario, Celaya corre el riesgo de convertirse en una ciudad donde la cultura no se cultiva, se cancela; no se promueve, se administra; no se respeta, se manipula. #MetroNewsMx
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