Eugenio Amézquita Velasco
-Edmundo Jacobo Molina visita Celaya para compartir su visión sobre democracia y ciudadanía organizada.
-Somos MX convoca desde la ciudadanía a transformar México con justicia, esperanza y acción organizada.
-Jacobo Molina fue Secretario Ejecutivo del IFE y del INE durante 15 años, clave en la defensa del modelo electoral autónomo.
-Filósofo y académico, dirigió la UAM Azcapotzalco y fue Secretario General de la UAM antes de ingresar al IFE en 2008.
-Coordinó la transición del IFE al INE en 2014, fortaleciendo su autonomía frente a presiones políticas y presupuestales.
-En 2023, fue removido por el “Plan B” electoral; interpuso amparo y regresó brevemente tras fallo judicial.
-Defendió el servicio profesional electoral como garantía técnica de imparcialidad, continuidad y legalidad institucional.
-Promovió transparencia operativa, auditorías, datos abiertos y observación electoral nacional e internacional.
-Su legado es técnico, ético y constitucional: la democracia se protege con estructuras, no sólo con discursos.
Con este propósito, Edmundo Jacobo Molina -filósofo, profesor, investigador, escritor y funcionario mexicano, ex Secretario Ejecutivo del Instituto Federal Electoral- visita Celaya, para compartir con los medios de comunicación los propósitos fundamentales de la propuesta SomosMX.
Somos MX está integrado por personas que nacimos desde la sociedad, con el propósito de organizarnos y transformar el país desde la ciudadanía. No somos un movimiento tradicional: somos aquellos que ya no quieren esperar, sino actuar. Nos mueve la esperanza, la justicia y la convicción de que México puede cambiar si nos unimos, precisó Eduardo Trejo, coordinador de Somos Mx en Celaya.
Edmundo Jacobo Molina: el arquitecto silencioso del modelo electoral autónomo mexicano
Por más de tres décadas, Edmundo Jacobo Molina ha sido una figura clave en la construcción, defensa y operación del sistema electoral mexicano. Filósofo de formación, académico riguroso y funcionario institucional, su nombre está íntimamente ligado a la evolución del Instituto Federal Electoral (IFE) y del Instituto Nacional Electoral (INE), donde fungió como Secretario Ejecutivo durante quince años, convirtiéndose en uno de los pilares técnicos más estables y respetados del modelo democrático mexicano.
Nacido en Hermosillo, Sonora, el 10 de diciembre de 1955, Jacobo Molina estudió Filosofía en la Universidad de Guanajuato, donde inició una carrera académica que lo llevaría a ocupar cargos directivos en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), incluyendo la rectoría de la unidad Azcapotzalco y la Secretaría General de la institución. Su perfil intelectual, marcado por el pensamiento crítico y la gestión universitaria, lo preparó para asumir responsabilidades de alta complejidad en el ámbito público.
Su ingreso al IFE en 2008, bajo la presidencia de Leonardo Valdés Zurita, marcó el inicio de una etapa de consolidación institucional. Como Secretario Ejecutivo, Jacobo Molina fue responsable de coordinar la operación técnica y administrativa del Instituto, supervisar los procesos electorales federales y locales, y actuar como secretario del Consejo General. Su papel fue esencial en la transición del IFE al INE en 2014, cuando el organismo adquirió nuevas facultades constitucionales y se convirtió en autoridad nacional en materia electoral.
Durante su gestión, Jacobo Molina defendió con firmeza la autonomía del Instituto frente a presiones políticas, presupuestales y legislativas. Su visión del modelo electoral mexicano se basó en tres pilares: la profesionalización del servicio electoral, la transparencia operativa y la independencia institucional. Bajo su coordinación, el INE logró organizar elecciones federales y locales con altos estándares técnicos, incluso en contextos de polarización política y violencia regional.
Uno de los momentos más emblemáticos de su defensa institucional ocurrió en 2023, cuando el llamado “Plan B” de la reforma electoral promovida por el gobierno federal incluyó un artículo transitorio que eliminaba su cargo de manera directa. Esta medida fue ampliamente criticada por juristas, académicos y organismos internacionales, al considerarse una ley privativa, prohibida por la Constitución. Jacobo Molina interpuso un amparo, que le fue concedido por el Poder Judicial, permitiéndole regresar brevemente a su cargo antes de su salida definitiva.
En entrevistas y declaraciones públicas, Jacobo Molina ha sostenido que la autonomía electoral no es un privilegio burocrático, sino una garantía democrática. Ha advertido que debilitar al INE implica poner en riesgo la equidad de las contiendas, la confianza ciudadana y la estabilidad institucional. Su defensa no ha sido estridente, sino técnica, jurídica y ética, apelando siempre al marco constitucional y a la experiencia acumulada del sistema electoral mexicano.
Más allá de su papel administrativo, Jacobo Molina ha sido un defensor del servicio profesional electoral, un cuerpo técnico especializado que garantiza la imparcialidad y continuidad de las funciones del INE. Bajo su liderazgo, se fortalecieron los mecanismos de capacitación, evaluación y promoción de los funcionarios electorales, consolidando una estructura que ha sido reconocida internacionalmente por su eficiencia y confiabilidad.
También ha sido un promotor de la transparencia operativa. Durante su gestión, se impulsaron mecanismos de rendición de cuentas, auditorías internas, publicación de datos abiertos y colaboración con organismos de observación electoral. Su enfoque ha sido el de una democracia que no sólo se proclama, sino que se verifica, se documenta y se protege.
En el plano internacional, Jacobo Molina ha representado al INE en foros de alto nivel, compartiendo la experiencia mexicana en materia de organización electoral, fiscalización de partidos y participación ciudadana. Su voz ha sido escuchada en organismos como la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) y en misiones de observación en América Latina.
Su salida del INE en abril de 2023 fue recibida con reconocimiento por parte de sus colegas, quienes destacaron su compromiso, su rigor técnico y su defensa de la legalidad. El entonces presidente del INE, Lorenzo Córdova, le dedicó palabras públicas de gratitud: “Gracias porque la democracia, la sociedad mexicana y el INE te deben mucho. Cuando el orden constitucional y democrático sea restaurado, te esperamos de vuelta en el INE.”
La trayectoria de Edmundo Jacobo Molina es testimonio de que la democracia no se sostiene sólo con discursos, sino con estructuras, procedimientos y personas que creen en ella. Su defensa del modelo electoral autónomo ha sido una defensa de la ciudadanía, del voto libre y del Estado de derecho. En tiempos de incertidumbre institucional, su legado permanece como referencia ética y técnica para quienes creen que la democracia se construye todos los días, desde el trabajo silencioso y firme de quienes la sirven.
Hoy, fuera del cargo, Jacobo Molina continúa siendo una voz respetada en el debate público. Su experiencia, su formación filosófica y su compromiso con la legalidad lo convierten en un referente indispensable para entender los desafíos actuales del sistema electoral mexicano. Su historia es la de un servidor público que eligió la vía de la razón, la ley y la dignidad institucional para defender la democracia, incluso cuando ésta parecía tambalearse. #MetroNewsMx

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