La Saga
-López Obrador prometió educación, pero destruyó planes de estudio y creó universidades improvisadas.
-La Nueva Escuela Mexicana no ha mejorado la educación ni un ápice, solo ideologizó a los jóvenes.
-Los apoyos sociales no atacan el problema de fondo: miles de jóvenes siguen sin oportunidades reales.
-México intentó salir de la prueba PISA, ignorando los estándares internacionales de educación.
-En lugar de reconstruir el tejido social, el gobierno lo rompió y polarizó a los jóvenes.
-La cartilla moral de Alfonso Reyes fue publicada sin impacto alguno en la conducta juvenil.
-México es el país de la OCDE que menos invierte por estudiante, según cifras oficiales.
-La política de abrazos no balazos dejó a miles de jóvenes sin más opción que la violencia.
-El fortalecimiento de las fuerzas armadas no se tradujo en combate al crimen organizado.
-Jóvenes sin futuro terminaron en la Guardia Nacional o en las filas del crimen organizado.
-La periodista Daniela Guachau reveló el aumento alarmante de adolescentes detenidos por narcomenudeo.
-En 2022 fueron detenidos 1,143 adolescentes por delitos de narcomenudeo.
-En 2023 la cifra subió a 1,230 adolescentes arrestados por narcotráfico.
-En 2024 hubo un aumento del 88%: 2,310 adolescentes detenidos por delitos graves.
-En solo siete meses de 2025 ya van 2,920 adolescentes arrestados por vínculos con el narco.
-El cártel Jalisco Nueva Generación tiene presencia en zonas con alto reclutamiento juvenil.
-El rancho Izaguirre en Teuchitlán es recordado como campo de entrenamiento criminal.
-Entre 145,000 y 250,000 menores están en riesgo de ser reclutados por el crimen organizado.
-Decenas de miles de niños tienen abiertas las puertas a la cárcel, la violencia o la muerte.
-La pobreza y la urgencia económica son causas directas del reclutamiento juvenil.
-El narcotráfico ofrece estatus, poder y dinero a jóvenes vulnerables emocionalmente.
-Familias en crisis y educación deficiente alimentan el ciclo de violencia juvenil.
-La inseguridad psicológica y el abandono estatal son caldo de cultivo para el crimen.
-Las falsas promesas del gobierno se estrellan contra la realidad de la narcocultura.
-Los cárteles reclutan adolescentes por ser manipulables, rápidos y con penas menores.
-El sistema criminal prefiere menores por su utilidad y bajo costo penal.
-México se convirtió en un país de adolescentes sicarios y narcos.
-La negligencia estatal empuja a los jóvenes hacia el crimen organizado.
-La identidad y reconocimiento que buscan los jóvenes se los da el narco.
-La educación deficiente no compite con el prestigio que ofrece el crimen.
-El abandono institucional dejó a los jóvenes en manos del crimen.
-Las redes de reclutamiento criminal operan sin freno en todo el país.
-La política educativa del sexenio fue ideológica y destructiva.
-Los programas sociales no frenan el reclutamiento juvenil.
-La polarización social comenzó desde las aulas y se extendió a las calles.
-La moral oficial no compite con el poder del narcotráfico.
-Las estadísticas muestran un país que entrega a sus jóvenes al crimen.
-El discurso oficial oculta una realidad de cárceles llenas de adolescentes.
-El futuro de México está atrapado entre armas, cárceles y muerte.
-Adela Micha denuncia un país que normalizó el narco entre los jóvenes.
Una de las tantas promesas de López Obrador fue apostar por los jóvenes, pero como en otras ocasiones, en esta también mintió. Prometió mejorar la educación, pero se dedicó a destruir los planes de estudio, a cumplir los caprichos de la gente y también a improvisar universidades.
Se dedicó a ideologizar y a crear una Nueva Escuela Mexicana que hasta ahora no ha mejorado la educación ni un ápice. Dio apoyos directos y programas sociales que están muy bien para los jóvenes, pero no resuelven el problema de fondo.
Intentó sacar a México de los exámenes internacionales de educación como la prueba PISA y, en lugar de reconstruir el tejido social, acabó de romperlo, polarizando a la gente desde los más jóvenes y echándole leña a la hoguera del enojo. Y tuvo la ocurrencia de publicar la cartilla moral de Alfonso Reyes, que por supuesto no cambió en nada.
Y vale la pena recordar que de los 38 países de la OCDE, México es el que menos dinero gasta por cada estudiante.
Pero lo peor de todo no fue eso, sino que entregó a los jóvenes al camino de la violencia y de la muerte. Fortaleció como nunca las fuerzas armadas, pero al mismo tiempo decidió no combatir al crimen organizado con su absurda política de abrazos, no balazos. De esa manera consiguió que miles de jóvenes no tuvieran más opciones en la vida que dedicarse a la violencia.
Algunos en la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina, pero otros, otros, ¿por qué no?, a formar parte del crimen organizado. Así lo revela una investigación reciente de la periodista Daniela Guachau. Cada año se detiene a más jóvenes por haber caído en las garras del crimen organizado y las estadísticas no mienten, no hay otros datos que valgan.
En el 2022 hubo 1,143 adolescentes detenidos por delitos de narcomenudeo. En el 2023 la cifra subió a 1,230, pero luego en el 2024 hubo un aumento del 88%, porque se alcanzaron los 2,310 arrestos de jóvenes. Está muy bien que se detengan los criminales, pero el hecho de que estén creciendo tanto los adolescentes encarcelados por delitos tan graves dice mucho, muchísimo, de en qué clase de país se convirtió nuestro México.
Si realmente se hubieran atendido las causas de la violencia, habría menos jóvenes en la cárcel. El problema no se detuvo en el sexenio anterior. De hecho, en los primeros siete meses del 2025 ya ha habido más adolescentes detenidos que en todo el año pasado. De enero a julio se contabilizan 2,920 jóvenes arrestados, vinculados al narcotráfico.
Muchos de estos casos se presentan en zonas donde tiene presencia el Cártel Jalisco Nueva Generación, lo cual, por supuesto, nos hace recordar el campo de entrenamiento del rancho Izaguirre en Teuchitlán y las redes de reclutamiento del crimen organizado.
Esta investigación, además, señala que de acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano y la Red por los Derechos de la Infancia en México, existen entre 145,000 y 250,000 niños y adolescentes en riesgo de ser reclutados o utilizados por grupos delictivos.
Decenas de miles de menores que tienen las puertas abiertas al crimen, a la violencia, las armas, a la cárcel o de plano a la muerte. Decenas de miles de niños que tendrían derecho a una vida distinta.
Y las causas de este problema están bien identificadas. Primero, sí, por supuesto, la urgencia, la pobreza, la vulnerabilidad económica. Si tanto hubiera mejorado la economía como aseguraba López Obrador, quizá no habría tantos adolescentes reclutados.
Y después está la necesidad de pertenencia y de validación por parte de los jóvenes. El narcotráfico ofrece, ¿qué dice ofrecer? Prestigio, poder, estatus, dinero. Les da la identidad y el reconocimiento que buscan.
Así es que la fórmula está a la vista de todos: escasez económica, vulnerabilidad emocional, familias en crisis, una educación deficiente, inseguridad psicológica y, sobre todo, un Estado negligente.
Y entonces llegan las falsas promesas, el dinero, la narcocultura con todo lo que implica y las redes de reclutamiento de los cárteles.
Las organizaciones criminales buscan deliberadamente reclutar adolescentes porque son fácilmente manipulables, aprenden rápido, son reemplazables y, además, al ser menores de edad reciben condenas más cortas por sus delitos.
Este sistema es tan perverso que al narcotráfico le conviene tener niños y adolescentes entre sus filas.
Y es un lugar común decir que los jóvenes son el presente y sobre todo el futuro de un país. Lo que no es un lugar común es decir que México se convirtió en un país de jóvenes y adolescentes, narcotraficantes y sicarios.
Yo soy Adela Micha
Publicar un comentario