Redacción Editorial Metro News
El alcalde de Celaya, Juan Miguel Ramírez Sánchez, se encuentra en una posición de aprobación relativamente baja en el ranking Mitofsky de octubre de 2025, lo que debilita significativamente su autoridad política para emitir juicios categóricos sobre movimientos ciudadanos.(Publicado por El Sol del Bajío: Alcalde de Celaya califica de oportunismo político convocatoria de la Generación Z: El presidente municipal, Juan Miguel Ramírez Sánchez, calificó como oportunismo político la movilización que busca la revocación de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum https://oem.com.mx/elsoldelbajio/local/alcalde-de-celaya-rechaza-convocatoria-de-la-generacion-z-y-la-califica-como-oportunismo-politico-26720357 )
El alcalde de Celaya se ubica en el puesto 110 de 150 alcaldes evaluados en el ranking. Su aprobación ciudadana es del 44.6%. Al estar en el tercio inferior del ranking, su gestión se clasifica en la sección de media. Un alcalde con una aprobación por debajo del 45% y en esa posición es percibido como un líder con una base de apoyo debilitada y con un desempeño cuestionable en comparación con sus pares.
El alcalde Juan Miguel Ramírez Sánchez calificó la movilización de la "Generación Z", que exige la revocación del mandato de la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, como un acto de "oportunismo político". Este juicio tiene tres perspectivas.
La primera, es sobre su autoridad política, que está totalmente debilitada. La autoridad política de un funcionario se sustenta en el respaldo ciudadano. Dado que el alcalde de Celaya se encuentra en la posición 110 de 150 con 44.6% de aprobación, basándonos en la información de Mitofsky -encuestadora que no se dedica a hacer "encuestas patito"-, su capital político es limitado.
Descalificar un movimiento cívico como "oportunismo" lo sitúa en una posición defensiva y alineada con el gobierno federal, en lugar de actuar como un mediador objetivo. Su baja posición en el ranking reduce el peso de su crítica a otros actores políticos.
La autoridad moral de Juan Miguel Ramírez Sánchez es cuestionable. El alcalde sostiene que la gente "ante cualquier desgracia personal, se quiere montar en ella", minimizando que la movilización surge, en parte, tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
La autoridad moral para desestimar una protesta motivada por un evento de extrema gravedad (el asesinato de un funcionario público) es escasa. La crítica se percibe como una minimización del dolor social y de la preocupación por la inseguridad, en lugar de abordar la causa real de la protesta.
La autoridad humana, objetiva, se evalúa cono algo subjetivo y partidista. El alcalde Juan Miguel Ramírez Sánchez no ofrece un análisis objetivo de las demandas del movimiento. En cambio, reduce la movilización a una conspiración de "personas que no están de acuerdo con la nueva forma de gobierno federal y, en algunos casos, municipal" y que perdieron ciertos beneficios.
Este enfoque sesgado e inmediatamente partidista, que ignora la posible frustración genuina de los ciudadanos, erosiona su autoridad para ser un vocero serio sobre temas de participación cívica.
La autoridad moral, política y humana del alcalde Juan Miguel Ramírez Sánchez para emitir estas declaraciones es limitada y débil.
Su baja aprobación ciudadana y su posición en el ranking nacional lo colocan en una posición de vulnerabilidad, lo que hace que su crítica a un movimiento de rendición de cuentas parezca un acto defensivo más que un juicio de valor legítimo.
Al deshumanizar la protesta y vincularla a un "oportunismo" derivado de la violencia, el alcalde utiliza su plataforma para defender una postura política, lo que debilita la solidez y el peso de su crítica. #MetroNewsMx

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