Marco Levario Turcott/Revista Etcétera/Redacción Editorial Metro News
-Marco Levario Turcott acusa a Sheinbaum de haber "escupido sobre su propia historia" al pasar de líder estudiantil a promotora de un pensamiento único.
-La candidata de Morena ha traicionado sus ideales de juventud al aliarse con Manuel Bartlett, a quien antes denunció como "corrupto".
-El editorialista critica que Sheinbaum abandone la lucha feminista al calificar la protesta contra feminicidios como una "conjura".
-"Ya eres todo aquello contra lo que luchaste": Sheinbaum es señalada como promotora de la persecución a legisladores opositores.
-Critican a la Jefa de Gobierno por su "obediencia" al Presidente, emulando al PRI en la adulación a sus mandatarios.
-Recuerdan la tragedia del Colegio Rébsamen y el "incidente" de la Línea 12 como marcas indelebles de su ineficacia al gobernar.
-Sheinbaum es denunciada por su alianza con personajes impresentables como Martí Batres, René Bejarano y su exesposo Carlos Imaz.
-La funcionaria se suma al "proyecto de desmantelamiento de leyes y normas" al atacar al INE, que le estorba al presidente.
-El autor concluye que la ansiedad de poder es la "esencia real" de la exlíder estudiantil y que ha pisoteado su propia entereza.
-La acusan de haber perdido la memoria y la gratitud al guardar silencio ante los ataques al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
El editorialista Marco Levario Turcott, de Revista Etcétera, arremetió con dureza contra Claudia Sheinbaum al publicar un texto que desnuda la presunta traición a sus ideales de juventud, tildándola de haber "escupido sobre su propia historia" en su afán por alcanzar el poder. Esto a través de un video publicado el 20 de noviembre de 2023, es decir, hace dos años.
El periodista, quien compartió militancia estudiantil con la Jefa de Gobierno en 1986, señaló que la candidata de Morena ha renunciado a la democracia y al pluralismo al convertirse en una "comparsa" del presidente Andrés Manuel López Obrador y su "pensamiento único".
La denuncia más fuerte radica en su alianza con Manuel Bartlett, a quien en su época de líder estudiantil gritó "muera el corrupto Bartlett" por el fraude de 1988, y a quien ahora califica de "patriota".
Levario también criticó la ineficacia de su gestión, marcada por las tragedias del Rébsamen y la Línea 12, así como su respaldo a la persecución de legisladores que votaron contra la Ley Bartlett.
El autor concluye que la ex lidereza estudiantil hoy es parte del "desmantelamiento de leyes y normas" y un riesgo para el país.
La cruda y dura exposición de Marco Levario Turcott
Marco Levario Turcott (Editorialista):
A Claudia Sheinbaum Pardo la conocí, Alejandra, en 1986. Creo que tú todavía no nacías. Ella tenía 24 años y estudiaba en la Facultad de Ciencias y yo tenía 19 años y estudiaba en Ciencias Políticas, en la ENEP Acatlán. Fuimos parte de la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México. Observé en aquella ocasión a Claudia en la explanada del CCH Naucalpan, donde acudía yo muy seguido a visitar amigos, también de ahí soy egresado, junto con su entonces novio, Carlos Imaz, que era profesor y estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Ellos asistieron a invitarnos a ser parte de un organismo estudiantil que se llamaba Consejo Estudiantil Universitario.
Pronto admiré la pasión y la inteligencia de Imanol Ordorika, el sentido de la organización de Antonio Santos y el temple de Carlos Imaz Gispert. Con el paso de los años, yo sigo admirando y mucho a Imanol Ordorika, un extraordinario profesor y un representante de la gran calidad académica que hay en la UNAM y de su calidad humana también, a pesar de que tiene tiempo que no lo veo. Soy un testigo y admirador de él.
Todos sabemos lo que pasó con Carlos Imaz y yo lo lamento mucho. Fueron ellos tres los dirigentes principales, mis dirigentes del movimiento estudiantil más importante que ha existido en México después del 68. En esa gesta hubo mujeres inolvidables, Guadalupe Carrasco, por ejemplo, que se ubicó en el ala radical del CEU. Mireya Imaz, hermana de Carlos, una apasionada del debate y firme en sus principios. Sin duda también está Claudia Sheinbaum, aunque siempre que ella hablaba tenía una voz como de regaño, lo cual diluía el gusto que me daba admirar sus ojos negros y su figura esbelta. Ella era clara en sus argumentos, incluso a costa de a veces ser muy elemental.
A muchos, yo estoy incluido, nos persuadió su carácter para rechazar el autoritarismo del rector Jorge Carpizo para imponernos medidas de corte neoliberal, así decíamos, sin impulsar un amplio debate entre los universitarios. Claudia Sheinbaum no aceptó la existencia de un solo pensamiento y junto con ella decenas de miles de jóvenes, mujeres y hombres, salimos a las calles y fuimos parte de las concentraciones masivas más importantes de la transición a la democracia del país y además partícipes de un movimiento estudiantil exitoso que pudo, más tarde, quizá demasiado más tarde, celebrar un congreso general universitario, así, en donde participaron trabajadores, profesores y estudiantes a efectos de diagnosticar y tomar medidas reformistas sobre la UNAM.
Claudia y yo nunca fuimos amigos, aunque aún recuerdo cuando ella en una reunión de la corriente hegemónica me defendió. Dijo que yo no debía ser expulsado del CEU de Acatlán por promover el diálogo con el rector, que era una de las acusaciones que sobre mí pendían porque yo era dialoguista y sigo siéndolo. Señalaba duramente al PRI-gobierno y a Manuel Bartlett porque él era, no nos cabía la menor duda, el principal artífice del fraude electoral, del robo a la voluntad del pueblo expresada en las urnas en favor de la oposición.
El pueblo votó y Cárdenas ganó, gritamos juntos de nuevo miles de jóvenes luego del 6 de julio de 1988, cuando no teníamos duda, el sistema se cayó y se cayó para apuntar el triunfo del candidato del PRI, del candidato oficial, Carlos Salinas de Gortari.
Quiero subrayar que Claudia Sheinbaum pronto se hizo amiga de Cuauhtémoc Cárdenas y de la clase política que más tarde fundaría al Partido de la Revolución Democrática. Pienso en esa joven que entonces ya se acercaba a los 30 años y en sus manifestaciones a favor de las mujeres. Nunca tuvo la firmeza de Rosario Ibarra ni de las mujeres feministas de la UNAM como Rosario Robles o de las militantes del PRT, pero sí manifestaba sus acuerdos con ellas. Aunque ahora, recientemente murió Rosario Ibarra, Claudia Sheinbaum presuma cercanía con ella, nunca la tuvo en realidad.
Al paso de los años, la militancia y el poder fue cambiando paulatinamente ese rostro grácil y más aún lo fue haciendo más pétreo. Claudia Sheinbaum inició el presente siglo como correligionaria de quien después se divorció y ahora es una gran aliada de los impresentables Martí Batres y René Bejarano. Pero sobre todo es amiga y aliada de un personaje que se le embarra en la propia juventud. La ahora jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ese personaje es el corrompido del sistema político mexicano, lo peor del más corrompido sistema político mexicano, ese personaje contra el que gritamos frente a Bucareli, subidos en carros, bloqueando calles, enfrente de las instalaciones de Televisa con una bandera en la mano.
Claudia Sheinbaum gritaba, "muera Manuel Bartlett, muera el corrupto Bartlett. Cuauhtémoc Cárdenas ganó porque el pueblo eso es lo que votó." Eso es lo que gritaba Claudia Sheinbaum. Pero ahora, para la Claudia Sheinbaum ya no de 26 años, sino de casi 60 años, en junio cumplirá 60 años, Manuel Bartlett es un patriota. No importa el pedazo de vida que Claudia dedicó para soñar sueños que ahora ya no tiene, que ella misma pisotea. No interesa la amistad y el cariño que le profesó al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. También en el desarrollo de los años perdió la memoria y olvidó la gratitud.
Claudia Sheinbaum, así como Bartlett es un patriota según Claudia Sheinbaum, la lucha de las mujeres contra los feminicidios son ahora para Claudia Sheinbaum una conjura contra el presidente. La lidereza estudiantil les ha dado la espalda y con ello también escupe en ese rostro grácil suyo cuando de joven gritó en favor de las mujeres. Ellas ya no forman parte de sus demandas. Vamos, ni siquiera ella quiere que su esposo forme parte de su historia, pues es que no le conviene, no, si quiere ser presidenta de México.
Y Claudia quiere ser presidenta de México. Su ineficacia para gobernar comprende datos muy recientes. Están a la mano de todos. La tragedia en el colegio Rébsamen es una marca que no podrá borrar tan fácil como ya borró sus proclamas contra Bartlett. La tragedia en la Línea 12, a la que ella llamó incidente, tampoco la podrá disolver como lo hizo cuando de joven gritó contra el pensamiento único. Ahora Claudia, para ocupar el cargo más alto del país, está dispuesta a ser parte de ese pensamiento único y de adular al presidente, así como lo hacían los militantes del PRI con sus mandatarios, nada más que ella lo hace desde Morena con el ex priista Andrés Manuel López Obrador.
Vemos que Claudia Sheinbaum aplaude la persecución de corte fascista con la que se empecina el gobierno para perseguir a los legisladores que votaron contra la Ley Bartlett, que ahora ella defiende. Ya eres, Claudia Sheinbaum, todo aquello contra lo que luchaste cuando tuviste 26 años. Ahora Claudia Sheinbaum es promotora del presidente López Obrador contra viento y marea, impulsora de la revocación de mandato y milita contra el INE. Apoya a candidatos de Morena en otros estados e impulsa la reforma eléctrica oficial. Si AMLO dice A, Claudia dice también A.
Si dice B, ella dice B. Si dice el político tabasqueño que el próximo presidente debe promover una reforma eléctrica como la de Bartlett, ella dice que el próximo presidente debe promover una reforma eléctrica como la de Bartlett. Lo dijo hoy. Y si el presidente le dice que se calle, ella calla obediente, mientras el empresario Slim arregla a billetazos la tragedia de la Línea 12. Esa es Claudia Sheinbaum. Esa eres tú, Claudia Sheinbaum, la mujer que ha sido capaz de escupir sobre su propia historia, de pisar sus propios principios, de querer borrar todos aquellos ideales con los que de joven intentó persuadir a otros jóvenes.
Si en 1986 quisiste o dijiste o creíste o nos hiciste creer, da igual, que luchabas por la construcción de normas e instituciones de la democracia, ahora Claudia Sheinbaum, tú eres parte de este proyecto de desmantelamiento de leyes, de normas, de las propias instituciones de la democracia. Si a Andrés Manuel López Obrador le estorba el Instituto Nacional Electoral, tú atacas al Instituto Nacional Electoral. Ya eres también esa mujer que se suma a la persecución que a través de listas elaboradas para exhibir a legisladores que no piensan como el presidente de la República, impulsan su persecución diciendo, bueno, pues a pesar de que balbuceas en favor de los derechos humanos, hoy te pisoteas, vamos, te cagas en lo que hace el presidente de la República al violar los propios derechos humanos.
Te olvidas de ti misma. Te olvidas y apuestas a la falta de memoria de las demás personas que no olvidamos aquel 6 de julio de 1988, cuando nació otro país. Y ahora eres promotora de ese pensamiento único. Ahora eres promotora de ese pensamiento único que se sustenta en el presidencialismo contra el que tú combatías o dijiste combatir. Ahora entonces se justifica la existencia de un solo hombre, de un solo pensamiento, y que tú, como una comparsa de ese hombre y ese solo pensamiento, quieres apabullar a quienes pensamos distintos.
Ya te olvidaste del derecho a la diferencia, del derecho de las minorías. Ya te olvidaste de lo que implica la democracia representativa, de cuando incluso formaste parte de un partido político que ni siquiera tenía registro y que de acuerdo con los parámetros de Andrés Manuel López Obrador hoy no podría tener registro, el partido del Movimiento al Socialismo.
Ya te olvidaste de Cuauhtémoc Cárdenas, con quien creciste también políticamente. Ya te olvidaste porque no saliste a defenderlo cuando una turba de maleantes lo abofetearon a él, lo inventaron cosas a él, una manifestación igual que Adolfo Gilly. Y cuando el presidente dice e impulsa la consulta de revocación de mandato, tú dices que es histórica y que adelante. Y cuando el ingeniero dice, "no hay necesidad de hacerlo para qué un gasto de 10 mil millones de pesos", tú guardas silencio. ¿Cómo puedes vivir con eso, Claudia?
Al amparo también de los favores del gobierno, una vez que has cedido a este, ¿hay momentos en el que echarás la marcha atrás de la memoria y volverás a abordar ese Volkswagen austero en el que me diste un ray para recordar la sencillez de ese pensamiento que implicaba la participación conjunta y plural de todos aquellos que pudiéramos pensar distinto? Ya te olvidaste de esa arenga en la que decías, "viva la diferencia".
Yo estoy seguro que sabes que lo que estoy diciendo en estos momentos es tan cierto como las 26 personas que han fallecido producto de la ineficacia del gobierno que tú encabezas. Emulas en todo lo que haga y diga Andrés Manuel López Obrador. Si él tiene la mañanera, tú tienes la medianera. Si él dice sí, tú dices por supuesto que sí. Así de libre es un ser humano cuando replica absolutamente con las mismas palabras, pero no con el mismo encanto, al menos, no con el mismo encanto propagandístico del presidente para hacer lo tuyo.
Cuando yo veo que distorsionan tu imagen en Photoshop, me siento mal. No me gusta que hagan eso con nadie, ni contigo ni con nadie. Pero además sabes como que es una agresión para mí, para mi memoria, para mi juventud, porque ese denuesto no lo merece nadie. Y sin embargo, de inmediato cae en mi mente el hecho de que tú te denuestas a ti misma cotidianamente, que tú también has pisoteado tu propia entereza, tu propia esencia, salvo que en efecto la esencia real sea esta: la de una mujer ansiosa de poder, la mujer que vivió durante muchos años cuando fue joven con una máscara que ahora se quita y que se muestra en toda su codicia.
Yo me niego a creer eso. Pero mira, Claudia, yo no tengo ninguna necesidad ni tampoco tengo ningún patrocinio ni lo aceptaría para decirte esto que te estoy diciendo a ti. De la misma manera en la que digo que lamento mucho lo que pasó con un hombre que se equivocó como es Carlos Imaz, de quien guardo grandes recuerdos, lo mismo que como digo que Imanol Ordorika es para mí un ejemplo de vida, digo que tú eres un desmentido muy claro de nuestros propios sueños y que tú, tú te has labrado tus propias pesadillas.
Y digo contigo como dije con Andrés Manuel López Obrador hace más de 20 años: son un riesgo para el país. El abandono del pensamiento siempre genera sistemas autoritarios y exige lealtades, y si no hay lealtades, promueve castigos. Ese es el talante que tú has alimentado durante todos estos años. Pero los muertos del Rébsamen están contigo, igual que los de la Línea 12. Me refiero a que estoy completamente seguro que hasta un ser humano tiene siempre los propios recovecos en donde sabe que se ha equivocado, y tú sabes que lo has hecho, que esas sombras se te aparecen, igual que como una figura clara y nítida se aparece ante ti el dinosaurio, como le llamabas ya desde entonces en 1986 a Manuel Bartlett, y que ahora formas parte del séquito de Andrés Manuel López Obrador que le dice patriota.
Sería muy fácil para mí terminar esta editorial diciendo: "no tienes vergüenza". Yo creo que sí la tienes, y aunque tengas el temple que es capaz de hacer prácticamente cualquier cosa para llevar a cabo tus propios objetivos, sabes muy en el fondo de ti que todo lo que he dicho desde 1986, allá en el CCH en Naucalpan, hasta el día de hoy, en la que callas frente a un listado que se hace en contra de quienes piensan distinto, hay un retrato muy fiel de quién eres tú.
Y los mexicanos, estoy completamente seguro, que van a apostar siempre a la memoria, al pensar distinto, al pensar libre. Hombres y mujeres que quieren, de todas maneras y pese a que haya desertores de la democracia, luchar permanentemente por la democracia, con muchos hombres y mujeres que también ya se nos está colgando el rostro y cayendo el pelo, que siempre vale la pena luchar por que haya pluralidad, por los derechos humanos, por la libre manifestación de las preferencias sexuales. Hay que luchar en contra de los feminicidios. Hay que luchar en contra del autoritarismo y de la visión tiránica con pasos paulatinos, con pasos testarudos, sistemáticos, con denuedo, aunque haya personas que en el camino quieran sacar ganancia, y tú en ese sentido y solo en ese sentido ya eres una victoriosa porque has sacado ganancia de un trayecto que se ha sustentado en el engaño, en la hipocresía, en la deslealtad y ahora también en la renuncia de la propia democracia. #MetroNewsMx

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